3 sept 2011

Tramando la mente

Una corriente de inigualables amaneceres
torbellinos inspiradores recorre el jardín
teniendo en cuenta las rosas del corriente carmín
notando frondosos pajarillos sin vuelo ni color.

Queriendo la mosca sobrevolar praderas
sin los huesos que atraen su euforia
o carne que invade su ser
esta no escala el desierto ni el océano.

Aquella moribunda tentación
declina aun más con el olor
con un ciclo de errores para atesorar
espectadores de montículos sin sabor.

Una fría brisa acompaña el pensamiento,
ese que siempre volverá al ver la luz
una luz que nunca encontraremos
la pequeña chispa que todos tendremos.

Meli Goes

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